¿O Cola de León o Cabeza de ratón?

En los últimos años se ha logrado una mediación profesional con la reunión de instituciones más representativas del país. Dejando de lado intereses de tipo particular y legítimos de cada uno de los integrantes, el Consejo General, Adecose y Fecor han logrado trabajar unidos en temas como aquellos que afectan de manera general a todos los mediadores logrando que la comisión tripartita creada para estos efectos acometa importantes proyectos como la

Jornada Nacional de Corredores de Seguros y que implica en los debates de los proyectos de ley que afectan a la partición en la Junta Consultiva de Seguros.

No hay duda que el sector reconoció esta unión y la misma se configura como la unión que todos los mediadores profesionales necesitaban.

Todos los involucrados en este sector ceben en estas instituciones y para que funcione es necesario que existan diferentes tipos de vistas en la cual exista un respeto a la discrepancia, por eso no se logra entender porque existen colectivos que aún se planteen la situación de dividir y no sumar intentando crear otras instituciones que pueden caber en las que ya existen y funcionan. Dicho de paso que las instituciones que defienden intereses corporativos no pertenecen a ningún ente en concreto y sus líderes se nombran por el colectivo con mandato de caducidad.

Surge la duda sobre los líderes que pertenecen a aquellas asociaciones, pocas por fortuna, que se rehúsan a asociarse a las grandes instituciones de ámbito estatal para reforzarlas representando un real interés corporativo o sencillamente representan sus intereses mercantiles propios. Estas dudas se responden al analizar el vínculo mercantil de los miembros que constituyen estas asociaciones con sus líderes respectivos y se encuentra con lo que se puede denominar como Corredurías como mayoristas que se forman como asociaciones profesionales.

Al intentar distribuir la mezcla de todos los intereses mercantiles con los corporativos hace reclinar la balanza del lado de los proveedores y lo más grave es que se pierde legitimidad frente al legislador.